‘Batman: The Dark Knight’ es una de mis películas favoritas junto con el resto de la trilogía. La recomiendo encarecidamente. Me decidí a verla porque de pequeño mi superhéroe favorito era Batman. Ya había visto la primera película de la trilogía y me encantó. Tenía ganas de ver la nueva parte. En aquellos años todavía el cine de superhéroes no había alcanzado el nivel actual. Marvel estaba comenzando con este género, pero todavía no había hecho grandes superproducciones. Las películas anteriores a Batman me gustaban, pero no me llegaban a enganchar como lo hizo la trilogía del caballero oscuro y en concreto esta cinta.

Para mi gusto, esta es la mejor película de la saga por su alta calidad, mejorando a su predecesora, sobre todo en el excepcional papel que realiza Heath Ledger como el Joker. Generó mucha más expectación tras su muerte, posterior al rodaje de la película, y tras la concesión a Ledger del Oscar al Mejor Actor Secundario. Esta vez Batman (Christian Bale) asume más riesgos en su guerra contra el crimen. Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y el nuevo y comprometido fiscal de distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), Batman se propone desmantelar las organizaciones criminales que infestan las calles de la Gotham City. Al principio, la asociación demuestra ser efectiva, pero pronto se verán atrapados en un reino del caos desatado por una mente criminal conocida por los aterrorizados habitantes de la ciudad como Joker, que introduce la anarquía en Gotham y obliga al Caballero Oscuro a cruzar aún más la fina línea que separa al héroe del justiciero. Un par de datos curioso de la película: fue la más taquillera de 2008 y la cuarta en lograr más de 1.000 millones de dólares de recaudación.