De Falces a Ansó en mi ID3

Los relatos de la sección ‘Mi Escapada’ suelen versar sobre viajes especiales a destinos exóticos y, en muchas ocasiones, de aventura total. El que contamos a continuación, aunque solo a 147 kilómetros de distancia, no careció de todos los elementos de un viaje diferente.

José Carlos García García, responsable de Mantenimiento Eléctrico de Prensas en Volkswagen Navarra, vivió este periplo en primera persona. Un viaje en su nuevo coche eléctrico ID3, que contó con dosis de aventura y de tensión, sumadas a la incertidumbre de conseguir llegar de vuelta a casa esa misma noche. Todo, coronado por la visita a lugares excepcionales en compañía de los amigos.

D.N.I.
Fecha y lugar de nacimiento:

28 de junio de 1964 en Falces (Navarra).

En Volkswagen Navarra desde:

septiembre de 1991.

Puesto actual en la fábrica:

Responsable de Mantenimiento eléctrico del taller de Prensas.

Este trabajador de nuestra fábrica fue, en concreto, el impulsor del trayecto desde Falces, localidad en la que vive, hasta el municipio oscense de Ansó, pasando por el Monasterio de Leyre y recalando, a la vuelta, en las fiestas medievales de Olite. Catorce horas de viaje en las que, además del componente cultural, se adentraron en el mundo de la autonomía del coche eléctrico y de su abastecimiento.

Natural de Falces, José Carlos no ha dejado de residir en esta villa navarra, a pesar de quedar a 70 km de su lugar de trabajo: la planta de Volkswagen Navarra. Todos los días, durante los 30 años que cumplió el pasado septiembre en la empresa, suponen muchos kilómetros y mucho combustible consumido. Para reducir el gasto diario en gasóleo, el falcesino decidió adquirir en diciembre de 2020 un coche eléctrico: el ID3, primer vehículo eléctrico de la compañía Volkswagen.

Desde entonces, José Carlos ha efectuado a diario los viajes de ida y vuelta entre Falces y la fábrica. Un trayecto que siempre ha realizado con solvencia, desde la seguridad de la alta tecnología de su nuevo vehículo y de cargar todas las noches las baterías de su ID3 en el garaje de su casa. Tras 8 meses de experiencia satisfactoria en su conducción, José Carlos vio llegado el momento de probarlo más allá del itinerario laboral. El falcesino organizó junto a su mujer y a otras parejas de amigos una excursión a 147 kilómetros de su casa. Irían hasta Ansó en Huesca, pero antes pararían en el Monasterio de Leyre con el interés de conocerlo a fondo en una visita guiada. 

Durante los ocho meses de uso del vehículo, el responsable de Mantenimiento Eléctrico de Prensas había podido calcular que la autonomía media que le ofrecía la batería eléctrica a su coche era de 350 km reales, aunque en las mejores condiciones se estima en 100 km más. Al margen de sus trayectos diarios de casa a la fábrica y a la inversa —140 km todos los días—, José Carlos no había realizado viajes más largos a bordo de su ID3.

Además, García había estudiado la ruta con antelación: “Analicé las pendientes que había hacia arriba, en las que consume más, y las bajadas, en las que regenera. Tengo una aplicación en el móvil que se llama Electromaps en la que ves todos los cargadores que hay en España. Así, puedes reservar con antelación el cargador para cuando llegues a tu destino. Pero casualmente cuando lo miré decía que estaban averiados los dos cargadores de Ansó. Como lo miré una semana antes, di por supuesto que para cuando llegásemos ya estarían reparados”.

El sábado 14 de agosto fue la fecha en la que decidió cambiar su costumbre de utilizar el coche solo para ir al trabajo.

Habíamos decidido ir con unos amigos al Monasterio de Leyre y de ahí al pueblo de Ansó, en Huesca. Eran unos 150 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. En total unos 300, así que todavía me sobraban 50 kilómetros.

Y llegó el 14 de agosto, la víspera de la Virgen.

Eran las ‘no fiestas’ de Falces, principal motivo para irnos de excursión y evitar así el riesgo de contagios. Dejé el coche cargando por la noche y para cuando salimos, a la mañana del día siguiente, solo había cargado 320 kilómetros. Me daba para 160 km ida y vuelta. Pensé: “Bueno, como son 290 en total, me van a sobrar 30 km de batería”. Nos pusimos en marcha. Recuerdo que aquel día fue uno de los más calurosos del año en toda España. Estábamos a 43 grados.

Hasta ese día, siempre había viajado solo en el ID3. En esta ocasión, ¿cuántas personas iban en el coche?

Esta vez íbamos mi mujer y una pareja de amigos. No sabía exactamente cuánto se iba a notar en el consumo del coche. Así que en todo el viaje no me atreví a poner el aire acondicionado para no gastar mucha batería.

A 43 grados, ¿viajaron entonces con las ventanillas abiertas?

Sí. Por la mañana cuando salimos se estaba muy bien. Entraba un aire fresco muy agradable. Pero, conforme avanzaba el día, el calor era cada vez peor.

La primera parte del viaje: desde Falces hasta el Monasterio de Leyre.

Eran unos 90 kilómetros desde Falces. Durante esta parte del trayecto no hubo problemas, aunque noté bastante diferencia en la cantidad de electricidad que consumía el ID3 con los cuatro ocupantes, sobre todo en la subida desde la nacional hasta el Monasterio de Leyre. Ahí se disparó el consumo. Lo bueno que tiene el coche eléctrico es que recarga en las bajadas. Pero en esas nuevas condiciones tampoco sabía cuánto iba a cargarse.

José Carlos García (detrás con mascarilla) en compañía de sus amigos durante la visita a la cripta del Monasterio de Leyre. De izda. a dcha.: Salvador, José Antonio, María Jesús, Mari Santos, Miguel, Leonor, José Carlos, Amparo, Oscar y Carmen.

¿Cómo fue la visita a Leyre?

Fue una maravilla. Habíamos contratado una visita guiada, en la que nos explicaron todo, la historia, la cripta… Estuvo genial. Aprendimos muchísimo. Nada que ver si hubiésemos ido por nuestra cuenta. Nos hubiésemos enterado de muy poco.

Y, después, siguieron hasta Ansó.

Cuando llegamos a Ansó nos quedaban 170 km de autonomía. Busqué el aparcamiento donde estaban situados los cargadores y al llegar conecté mi cable en uno de ellos, pero nos encontramos que seguía averiado. Probé entonces en el otro y comprobé que también estaba estropeado. No me lo podía creer. Había intentado reservar los cargadores hacía más de una semana y supuse que ya los habrían arreglado.

Todavía le sobraban 25 kilómetros de batería para volver.

Me llegaba para la vuelta, aunque justito. Pero en una situación así, ya te quedas intranquilo. Del parking decidimos ir al ayuntamiento a avisar que los dos únicos cargadores del pueblo seguían sin reparar y ver si había algún técnico que los pudiese arreglar.  Pero allí no había nadie. Era sábado y el día más caluroso del año en toda España.

¿Qué hicieron entonces?

Era la hora de comer, y teniendo en cuenta que a las 4:30 o 5 h teníamos que coger de nuevo el coche con ese calor, fuimos todos los amigos al río, a una poza que había a 2 km del pueblo. Estuvimos metidos en el agua durante un par de horas hablando. Fue lo mejor del día. ¡Qué maravilla! Además, así cogimos frescura para volver.

Dos rincones pintorescos durante el recorrido que hicieron por el pueblo oscense de Ansó.

Llegó la hora de volver

Salimos de Ansó los tres coches que habíamos ido, de vuelta ya para Falces. Eran entre las 18:30 h y las 19 h. Queríamos parar en Olite porque celebraban sus fiestas medievales y tomar algo allí. Cuando cogimos el coche en Ansó para volver tenía todavía 172 km de autonomía. La carretera de vuelta es, durante un gran tramo, una nacional. Pasamos por el pantano de Yesa e íbamos bien porque no podíamos pasar de 80 km/h. Pero al llegar a la autovía pones el coche a más de 90 km/h y consume más. Aún y todo, intenté ir despacio. Llevaba el GPS puesto e iba mirando cuántos kilómetros de batería me quedaban. Al meternos en la autovía empezó a bajar un poquito el tiempo de batería. Pero llegamos a una zona de la autovía que es todo subida hasta San Martín de Unx. Las reservas del coche iban bajando cada vez más rápido. Por cada kilómetro que avanzaba pendiente arriba, perdía 3 km de batería.

¡Qué tensión!

Sí, pensé que así no íbamos a llegar. Para cuando alcanzamos San Martín de Unx teníamos 49 km de batería. Las reservas del coche habían disminuido muy rápido. Y todavía estábamos a 30 km de Falces. Íbamos a andar muy justos. Pero en cuanto pasamos San Martín de Unx, la carretera empezó a descender y al llegar a Olite, que está a 15 km de San Martín, el coche tenía 90 km de batería. Realmente, en la pendiente de descenso había cargado mucha electricidad. Llegamos a Olite después de haber estado toda la vuelta en un estado de tensión enorme. Allí nos sentamos en una terraza muy a gusto y cenamos tranquilamente. Cuando llegamos a Falces, que está 15 km más adelante, al coche todavía le quedaban 70 km de reserva.

Toda una aventura de viaje.

Ese mismo lunes o martes envié un correo electrónico al Ayuntamiento de Ansó en el que les dije que habíamos pasado un día precioso pero que no podía ser que en un pueblo, los dos únicos cargadores eléctricos que hay continúen estropeados durante un mes sin hacer un mantenimiento. Me contestaron que ya los habían reparado pero que sentían mucho que casualmente estuviesen averiados.

¿La conclusión?

Después de once meses y 40.000 kilómetros, lo más destacable del ID3 es que es un coche que no contamina y que tiene una estabilidad impresionante. Su aceleración te deja sorprendido, de ahí que los adelantamientos sean muy fiables y rápidos. Además, el ahorro en combustible se acerca a los 250 euros al mes, ¡que es muchísimo! Y el motor es muy silencioso. Para el 98% de mis trayectos es una auténtica maravilla.

¿Y las recomendaciones?

Cuando alguien vaya a viajar en un vehículo eléctrico lo primero que debe hacer es localizar los cargadores que tendrá en el trayecto. Pero también debe tener en cuenta de cuánta potencia son esos cargadores. Si son de 3 kW, tardará mucho tiempo en cargarse y esto hay que tenerlo en cuenta para hacer el plan de viaje. Los cargadores públicos lo normal es que tengan entre 3 y 7 kW. En casa yo tengo uno de 7 kW. Cuanta más potencia tenga, más rápido va a cargar. La situación perfecta llegará cuando hagan las baterías de mayor capacidad y con mayor velocidad de carga.