Una obsesión llamada bicicleta

José Javier Constanza, trabajador de Pintura, mantiene año tras año su gran afición: salir a andar con su bicicleta de carreras. “Hace 16 años tuve una lesión en la pierna y tuve que dejar de correr. Ahí descubrí todo lo que me gusta la bicicleta”, explica.

José Javier Constanza, en el alto de San Miguel de Aralar.
D.N.I
Nombre y apellido

José Javier Constanza.

Fecha y lugar de nacimiento

12 de marzo de 1974, en Orkoien.

Ingreso en Volkswagen Navarra

Agosto de 1998.

Puesto actual en la fábrica

Zona de Pulido, en el taller de Pintura.

La pasión de José Javier Constanza por la bicicleta se remonta a un momento muy concreto de su vida. “Hace 16 años -explica- sufrí una lesión en la pierna y tuve que dejar de correr. Además de correr, que me gustaba mucho, también solía participar, junto a mi hermano, en concursos de recortadores de vaquillas, de hecho, hacíamos un montón de ferias y fiestas por toda España. Con la lesión tuve que dejarlo y, poco a poco y gracias a unos amigos, fui aficionándome a andar en bici, y la verdad es que con paso del tiempo casi se ha ido convirtiendo en una obsesión”.

A la hora de analizar todo lo que le aporta la bicicleta, Constanza es claro y contundente: “Me libera mucho mentalmente. Me pongo las mallas, cojo la bici, salgo a la carretera y comienzo a sentir todas esas sensaciones que te da la bici. Por ejemplo, ese momento de hacer una carrera larga y llegar a la meta después de haber hecho un gran esfuerzo, de haberlo dado todo y de haber exigido a tu cuerpo. Son sensaciones muy gratificantes y que me ayudan a estar bien”.

Los fines de semana, Constanza suele salir a la carretera con el grupo de Orkuci, un conjunto de aficionados a la bicicleta que tiene en la localidad de Orkoien su centro de operaciones. “Hay salidas los sábados desde el parque de Antoniuti, en Pamplona, y los domingos desde Orkoien. Nos juntamos un buen grupo y hacemos una etapa larga de 100 o 150 kilómetros, dependiendo del día. De todas formas, para ir en grupo hay que ir entrenado, y eso suelo hacerlo a ratos entre semana, saliendo solo a la carretera”, explica.

Almuerzo y compañerismo

Andar en bicicleta, reconoce Constanza, también encierra momentos especiales que trascienden más allá del propio deporte. “Por ejemplo, ir a mitad de etapa y parar a almorzar con los compañeros, comentar el recorrido, cómo está cada uno… Es una gozada, a mí me gusta mucho andar en grupo. Además, en Orkuci hay gente de todos los lados, de Orkoien, de Burlada, de Villava, de Pamplona, de Huarte…”.

Dentro de su experiencia encima de las dos ruedas, Constanza también acumula numerosas participaciones en pruebas y carreras. “De vez en cuando nos apuntamos a alguna carrera. Este año, por ejemplo, en las cicloturistas que he participado me ha patrocinado Biraka, una tienda especializada en temas de ciclismo que está en Zizur Mayor. En el ciclismo aficionado hay recorridos realmente buenos y carreras muy bien organizadas. Recuerdo, por ejemplo, la Quebrantahuesos, que la hicimos hace unos diez años, con más de 200 kilómetros, o la Donibane, que es por los Pirineos y es muy bonita”.

Por último, Constanza reconoce que, en los meses de invierno, aparca algunos días la bicicleta de carreras y echa mano de la BTT. “Me gusta más la bicicleta de carretera, hay que reconocerlo, pero algunos ratos, para ir solo en días de más frío, también está bien la bici de montaña. Exige cosas distintas. La BTT te permite algo más de libertad, pero es cierto que la domino menos y le veo algo más de peligro”, concluye.