Albóndigas de chuletón al caramelo con pochas

En primer lugar, se preparan las albóndigas mezclando la carne con dos rebanadas de pan untadas previamente en leche, un huevo batido y dos dientes de ajo cortados en trozos muy pequeños. Todo se mezcla bien hasta hacer una masa compacta para formar las bolas.

En segundo lugar, cuando las bolas estén formadas, se rebozan en huevo y harina para freírlas posteriormente en abundante aceite, con el fin de dorarlas un poco sin llegar a hacerlas demasiado. Luego, se retiran a otra cazuela.

En el mismo aceite de la sartén, se corta media cebolla en tiras, se fríe hasta que empiece a ponerse tostada y se agregan dos o tres cucharadas de harina removiendo bien para evitar que se apelmace. Conforme la mezcla sea más espesa, se añade agua —uno, dos o tres vasos en función del espesor de la salsa y la cantidad que se desee—, y una pastilla de caldo de carne rectificando con sal al gusto.

A continuación, se cuela la salsa en las albóndigas con la sartén y el colador. A su vez, se vuelve a poner la cazuela a calentar a fuego medio para que las albóndigas absorban poco a poco la salsa. Si ésta se espesa demasiado es necesario añadir agua. Al cabo de media hora de cocción, se añade medio vaso de caramelo líquido a las albóndigas y se dejan cocer entre 10 y 15 minutos.

Por otro lado, se prepara un kilo de pochas. En primer lugar, se hace un sofrito con un diente de ajo, un pimiento verde y unos taquitos de jamón. Cuando está dorado el ajo, se añade una cucharada de tomate natural y una pastilla de caldo de carne y se rehoga. Posteriormente, se añaden las pochas y un litro de agua, y se dejan cocer unos 45 minutos, rectificando de agua según se necesite.

Por último, finalizamos con la presentación del plato: se colocan las albóndigas y las pochas, y parte de la salsa de las albóndigas se vierte encima de las pochas para que alcancen un gusto más sabroso.